Después de reflexionar sobre esta carrera tan bonita y dura por igual te quedan las ganas de volver hacer otra y otra y otra, entendiendo el gusanillo que te entra con las carreras en general.
Peque de confianza antes de afrontar sus kilómetros, primero por un entrenamiento escaso de tan sólo dos meses y luego por la alimentación previa a la carrera que me fallo, poco tiempo y solo fruta y alguna varita energética, sin recordar en mis tiempos de ciclista que sin gasolina puedes hacer cierta distancia, pero llega un momento que te da la pájara y viene Paco con el Mazo, esto ocurrió a pocos kilómetros de la meta por lo que la decisión de parar y andar unos kilómetros a partir del 35 para luego continuar en el 40 fue correcta, ya que no había gasolina en el cuerpo.
Las piernas y los músculos funcionaron a la perfección, pero una mala gestión de la alimentación previa a la carrera me hizo llegar con los depósitos vacíos, así que nunca os confiéis de una prueba tan larga, porque influyen muchísimos factores y todos tienen que salir a la perfección.
Gracias al apoyo de todos por vuestros ánimos y sonrisa permanente.
Mención especial a mi familia y amigos, a mis recuperadores de la clínica TVA Joaquin Juan, a mi podologiadeportiva, angeldelarubia.es, Ángel de mi corazón por cuidarme la pisada con sus plantillas, y por último a los tres mosqueteros los más importantes en cuanto que fueron los que corrieron hombro con hombro @josemariairisarri, Gonzalo y Jesús Romero, Chapeau.
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