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Consejos para proteger los pies en invierno

Ha arrancado una de las épocas más frías del año, y las bajas temperaturas que nos esperan durante las semanas venideras pueden convertirse en un problema para nuestros pies. Y como ya sabéis que soy muy partidario del refrán “prevenir es curar”, en este artículo voy a daros algunos consejos para proteger los pies como corresponde durante la época invernal.

Antes de nada, es importante no olvidar que los pies son una parte fundamental de nuestro cuerpo, y seguro que no es la primera vez que escuchas eso de “el frío entra por los pies”. Pues es cierto, cala en las extremidades y especialmente en nuestros pies, que son probablemente la parte de nuestra anatomía que peor asimila las gélidas temperaturas.

¿Cómo proteger los pies durante el invierno?

  • Elige los calcetines correctos. Para nuestro día a día, preferiblemente de tejidos naturales como la lana o el algodón, capaces de mantener el calor. Además, es importante que no aprieten mucho, ya que pueden dificultar la circulación. Cuando practiques ejercicio, asegúrate de que son específicos para dicha actividad y transpirables para evitar la humedad. ¡Y no te provoquen rozaduras ni ampollas!
  • El calzado también es fundamental. Al igual que ocurre con los calcetines, el calzado debe ser el correcto. No debe oprimir demasiado para que la sangre pueda fluir con normalidad y evitar en entumecimiento y sensación de “pie dormido”. También es recomendable que transpire, pues si la humedad se condensa en nuestros pies, aumenta la sensación de frío. Además, durante el ejercicio debe ser un calzado que se adapte a la intemperie, es decir, que además de transpirables, sean impermeables y que la suela se adapte a terreno mojado.
  • Evita las fuentes de calor artificial para calentar tus pies, pues estas pueden provocar inflamación. Para entrar en calor, es mejor hacerlo poco a poco. Por ejemplo, sumergiendo tus pies en agua tibia o masajeándolos con una crema específica. Esto último te ayudará a mantener tus pies calentitos e hidratados.
  • Seca siempre tus pies correctamente. Como ya hemos mencionado, la humedad es el gran enemigo de nuestros pies. No solo destempla nuestro cuerpo, si no que puede generar la aparición de hongos y microorganismos causantes del mal olor. Si además de mantenerlos siempre secos, utilizas algún desodorante con ingredientes antifúngicos y antibacterianos, mejor que mejor. Estarán limpios, frescos, sanos y… ¡Olerán a rosas!
  • La alimentación también juega un papel importantísimo en la salud de nuestros pies. Especialmente en invierno. Es importante beber mucho agua, pues una buena hidratación previene que los pies se enfríen. Algunos alimentos como la cayena, la canela o la pimienta, o las vitaminas E, K y C contribuyen a una circulación favorable. Por contraposición, una mala alimentación o el consumo de tabaco o alcohol favorecen la deshidratación de la epidermis, y esto puede desembocar en aparición de sabañones u otras patologías.
  • Mima tus pies y visita a tu podólogo con regularidad, él será el que mejor te aconseje valorando tu caso en concreto. Recuerda que si la sensación de frío es demasiado constante, quizá el cuerpo esté advirtiendo de otro problema de salud. En la clínica de Ángel de la Rubia te podremos dar un diagnóstico personalizado de la situación y ayudarte a seguir manteniendo tus pies sanos y  felices.

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